3/07/2016: El Moncayo o Monte Cano
Iniciamos la ascensión al Moncayo este soleado domingo de julio, que además coincidía con una romería...y para romería, la que tuvimos nosotros, ya que el camino era fácil y las ganas de hacer montaña del personal muchas, así que esta vez no recorrimos el sendero en soledad...
El camino comienza desde la fuente del Santuario Virgen del Moncayo, cerca del albergue-restaurante donde cenamos la noche anterior y se alojaron Fermín y Rosalía. Por un módico precio tienes la oportunidad de volver a los años 80, tanto en el menú como en el decorado de "Cuentame" que se respira en el establecimiento..
La senda, bien marcada, asciende primero por un bosque, pudiendo disfrutar de amplias panorámicas que nos muestran las cuencas del Ebro y del Duero, ya que esta cima es el punto más alto tanto de Zaragoza como de Soria y podemos ver ambas vertientes a lo largo del recorrido por la cuerda.
Al fondo ya vemos el Moncayo, también conocido como San Miguel. Hay leyendas que ubican una gran laguna en su interior. Quizá porque esta zona es de abundantes aguas de gran calidad. Los romanos consideraban que tenía poderes curativos. Dicen que el Emperador Augusto, en el siglo IXX A.C, acudió a la ciudad de Turiasu (actualmente Tarazona) a curar sus heridas con las aguas sagradas de uno de los ríos en los que vierte el Moncayo: el río Queile. Su sanación fue tan sorprendente que ordenó construir grandes templos dedicados al agua así como termas y balnearios que sirvieron de reposo para los luchadores romanos.
Podemos ver el modelado glaciar que ha dado lugar al circo de San Miguel también conocido como el Cucharón. Seguimos el camino normal hacia la izquierda y, una vez arriba, ya sólo queda continuar la cresta hacia la derecha en un cómodo paseo.
Y ya estamos en la cumbre del Moncayo, esta imponente y curiosa montaña que emerge con gran presencia en el llano, con una visibilidad en muchos kilómetros a la redonda. Entre los meses de noviembre a mayo suele estar cubierta de nieve y de ahí la teoría sobre el origen de su nombre, que vendría de la voz latina Mons Caunus osea monte cano, monte blanco, moncayo.
En la cumbre está el vértice geodésico y la imagen de la Virgen del Moncayo.
Antes de iniciar el descenso por el mismo camino disfrutamos del paisaje y Fermín nos cuenta que la balsa que vemos abajo es la estanca de Borja, que se alimenta de agua del río Huecha, que es el siguiente paralelo al río Queiles. Los regantes de Borja, pueblo situado en la orilla izquierda del río Huecha, tienen derechos sobre estas aguas desde el año 1.300 otorgados por el rey Jaime II.
Y para terminar, como a nosotros el agua nos gusta para remojarnos por fuera pero no por dentro, nos refrescamos con unas buenas cervezas y ponemos camino de vuelta con el número 25 y 26 en la mochila.
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