sábado, 30 de julio de 2016

Almanzor (2.592 m, Ávila)

19 de julio: Plaza del Moro Al-Mansur.
Amanecimos tempranito en la Plataforma de Gredos, para intentar huir del calor. Hacía 30 años que no volvíamos por estos lares, pero la calzada de grandes losas ahí seguía inmutable, marcándonos nuevamente el camino...



Madrugar en la montaña no sólo tiene la recompensa del frescor de las primeras horas del día, si no que también puedes disfrutar de las luces de la mañana y de bonitos amaneceres difíciles de atrapar con un teléfono móvil...


El camino está señalizado y no tiene pérdida. Atraviesas el Prado de las Pozas, dejando atrás a la derecha el desvío al refugio Reguero Llano, en el que pasamos hace muchos años tres días encerrados sin poder salir por culpa de la ventisca...Éramos tantos a los que nos sorprendió el mal tiempo y tuvimos que refugiarnos allí, que no cabíamos todos tumbados y muchos tuvieron que dormir sentados!...quién se lo iba a imaginar...pero es que Gredos es mucho Gredos...


Tras cruzar el arroyo de las pozas por el puente de hormigón llegamos a la fuente Los Covadores y después hasta el Alto de los Barrerones, apareciendo ante nosotros el Circo de Gredos  y la cumbre del pico Almanzor, también llamado por estas sierras pico Plaza del Moro Almanzor.


Cuenta una leyenda de Candeleda que Al- Mansur, más conocido como Almanzor, era un califa árabe que luchaba contra los cristianos en la Reconquista y, al pasar por el  Puerto de Candeleda camino de Córdoba, crea un cuartel de invierno en la zona conocida como el cerro de la Greda. Desde allí subió al pico de la sierra y, admirado por su belleza, preguntó cómo se llamaba. Como no tenía nombre decidió que a partir de ese momento se llamaría pico de la plaza del Moro Almanzor. Cuando Almanzor fue vencido en la batalla de Calatañazor y regresaba al califato de Córdoba gravemente herido, se subió al pico y desde allí pudo ver y despedirse de Al Andalus. En el momento de su muerte, sus ojos verdes se convirtieron en dos lagunas, sus dientes blancos en las nieves perpetuas de la sierra y sus lágrimas en arroyos y fuentes de agua.
Así que descendemos el camino hasta una de estas lagunas, la Laguna Grande, pasando por la fuente de los  Barrerones. La verdad es que agua en esta ruta, tal y como cuenta la leyenda,  no nos va a faltar porque, a parte de las fuentes, fluye por todas partes


Bordeamos la laguna por la izquierda y llegamos al mítico refugio Elola, construido en 1972 por la Federación Española de Montañismo.


Siguiendo hitos de piedra nos dirigimos hacia la Hoya Antón y el canalón de la Bermeja, por el que subiremos hasta que se divida en dos: a la izquierda se va a la Portilla Bermeja y a la derecha a la Portilla del Crampón, que es por el que tenemos que ascender.






A medida que subimos aumenta la piedra suelta y la pendiente, pero si echas la vista atrás el perfil de Los Hermanitos y el paisaje que lo acompaña te hacen reunir fuerzas para seguir con la ascensión.


A lo largo de este año hemos subido a picos con lluvia, con viento, con niebla, con nieve...y esta vez nos toca subir esta peazo canal con calor veraniego... El sol derrite mi cabeza y me pongo a recordar que un día tal como hoy, hace 21 años y en plena ola de calor, llevaba 24 horas en el mundo mi hijo Daniel. Apareció en el Puerto de Santa María, un día que hacía más de 40 grados, adelantándose 3 semanas al horario previsto, ya que su incansable y andarina madre (osea yo) se había pateado las cuestas de Véjer de la Frontera y le había revolcado una ola mientras se bañaba en Barbate...Así que, con tanto trajín y esa "caló", decidió asomar su mirada al mundo. Y aquí empezó la aventura de una de mis grandes cimas...la aventura de crecer con mis hijos, el reto de darles las herramientas para que puedan construir su futuro...

Alcanzada la portilla del Crampón, nos encontramos con esta curiosa formación rocosa: el cuerno del Almanzor.


A partir de aquí empieza la zona de trepada, con algunas partes un poco aéreas, no aptas para quien padezca de vértigo...



Y llegamos a la cumbre, donde no caben multitudes porque es más bien estrechita...



La belleza de la ascensión y del paisaje nos hace sentirnos bien y nos recuerda una frase del alpinista y explorador neozelandés Edmun Hillary...." No conquistamos las montañas, si no a nosotros mismos"

Tras las fotos de rigor, descendemos la chimenea y la canal para volver por el mismo camino



Y al llegar abajo, ahora que el sol ya aprieta tras unas 10 horas andando, nada mejor que refrescarse en una de las múltiples y transparentes charcas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario