lunes, 13 de junio de 2016

Pico del lobo (2.274 m, Guadalajara)



El día 5 de junio iniciamos la subida al pico del Lobo, el más alto de la Sierra de Ayllón y de la provincia de Guadalajara.  Aparcamos en la estación de esquí de La Pinilla, que encontramos llena de gente practicando descenso en bici de montaña. Aprovechando los remontes, se tiran a hacer el cabra ladera abajo.Comenzamos a andar esperando no coincidir con ellos en la ruta...



Subimos por el camino que sale junto a la urbanización de La Pinilla y atraviesa el bosque de pinos, en dirección al collado del Aventadero, a unos 2.010 metros, desde donde disfrutamos de una buena panorámica. En esta ocasión me acompañan gran parte de la cuadrilla que vendrá conmigo a coronar el Aneto


Que, como podéis comprobar, son todos ingenieros o gente seria...



Como no me dio tiempo a leer mucho sobre esta ruta, nuevamente me gustaría agradecer a nuestro líder  y superhéroe  "gps man" que llevara el track descargado...



Cuando faltaba ya poco para llegar vimos que arriba había unas ruinas que podrían ser de un antiguo edificio de un telesilla. Es una pena que esté así, afea bastante la cumbre...los restos de cascotes, pilotes de hormigón, hierros oxidados...no acompañan las amplias vistas que tienes desde esta cima. Lo curioso es que está dentro de un espacio protegido, la Reserva Natural del Macizo Lobo-Cebollera, incluida en  el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara. ¿Qué se podría hacer con estos testigos mudos de historias pasadas, de capítulos que nos cuentan negocios ligados a la montaña que, cuando dejan de ser rentables, abandonan su basura impunemente?¿Pueden de alguna manera las administraciones ambientales ligadas al espacio protegido presionar a los antiguos dueños del negocio para que el cese de su actividad no repercuta negativamente en la montaña? Seguro que los montañeros podemos,de alguna manera,  presionar como consumidores de paisaje y naturaleza para que se restauren estas zonas.


Una vez en la cumbre nos hicimos la foto de rigor y, tras el almuerzo y la charla emprendimos el regreso. Me preguntabais alguno cuál era la montaña más alta que había subido. Ciertamente creo que la mayor altura en la que he estado fue cuando, en el 97 o 98, hice el circuito de los Annapurnas y pasamos el Thorung-La, que estaba a 5.416 m. Como dice un proverbio Tibetano "Quien ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar". Pero a pesar de eso he de confesar que me siento más una andarina viajera que una montañera. Siempre me ha gustado andar, recorrer, moverme y para eso he tenido que atravesar campos, cruzar ríos o mares y subir y bajar montañas. Eso es lo que a mí me hace feliz. Si para ello he tenido que pasar por los 5000 metros , lo he hecho.Pero con mis propios recursos y mis fuerzas. Quizá por eso nunca me calcé unos crampones y voy a tener el honor de hacerlo en vuestra compañía en pocos días.


Me gustaría terminar con una frase del montañero Maurice Herzog, el primero en pisar la cumbre del Annapurna
" No es más quien más alto llega, si no aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente"

Y por último agradecer a nuestro posible futuro mecenas que nos invitara a las cervezas...jajajaja..¡Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario