24 de julio: Castelló...algo más que mar...
Al terminar el paseo a Peñarroya ponemos rumbo a Castellón con la idea de seguir haciendo turismo. Pasamos de largo Valdelinares y cerca de Linares de Mora encontramos el desvío para visitar el árbol monumental conocido como pino del Escobón. Es impresionante con sus casi 30 metros de altura y 5 de perímetro.
Del castillo de Linares de Mora, al fondo de la imagen, se tiene noticias desde 1201. Vigilante en lo más alto del pueblo, es una imagen típica de muchos municipios de esta Sierra de Gúdar.
Como en esta zona hay bastante lío de carreteras secundarias y, en cuanto te descuidas, te toca dar mucho rodeo porque no puedes atravesar la sierra, decidimos preguntar en el pueblo y nos mandan por una pista forestal recientemente asfaltada, como mejor camino para llegar al Santuario de Sant Joan de Penyagolosa. Salimos del pueblo en dirección a Mosqueruela y , a mitad de camino, nos desviamos hacia Puertomingalvo. Y por esta carretera cogemos el primer desvío que nos encontramos a mano izquierda, que es la famosa pista asfaltada que atraviesa la sierra por un túnel en dirección a Vistabella del Maestrazgo. El desvío al Santuario está antes de llegar a este pueblo y decidimos hacer noche en este cruce de caminos que tiene una pequeña área recreativa y un bar. Al día siguiente ya divisamos nuestro objetivo en el horizonte.
Dicen que el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, de origen gótico, pudo ser fundado por unos monjes que asistían a las tropas del rey Jaume I en su conquista de Valencia. Aquí acuden muchas peregrinaciones. Una de las más famosas, declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial, conocida como "Pelegrin de les Useres", tiene una larga tradición que viene de la Edad Media. Se celebra el último viernes de abril y trece peregrinos, con barbas largas que se han dejado crecer durante el año, que representan a los doce apóstoles y Jesús, recorren unos 35 km sin hablar con nadie, para pedir al santo paz, agua y salud.
El edificio alberga restaurante y hospedería. Tras él hay un arboreto y el centro de interpretación, cuya exposición merece la pena visitar. Y también nos encontramos con este monumento en honor a los guardas forestales, ya que esta zona, aunque no tiene grandes alturas, está tupida por una densa y bien conservada masa forestal.
Se puede subir en coche por una pista hasta la zona conocida como el Corralico, de donde parte el camino a la cumbre. Pero para los más andarines hay una agradable senda que remonta el Barranco de la Pegunta, donde además de pinos veremos enebros, acebos, serbales, manzanos silvestres...acompañados de sus cartelitos correspondientes
Desde el Barranco de la Pegunta y el Barranquent del Forn se llega al Corralico, desde donde sale el camino que sube a la cima.
Desde el Santuario hasta el vértice geodésico se tarda como mucho algo más de hora y media.
Antiguamente lo que había era esta cruz blanca
Las vistas son espectaculares. Al lado de la cima hay un puesto de incendios forestales y la chica que estaba allí haciendo la vigilancia era muy maja y nos estuvo contando todo lo que veíamos en la amplia panorámica que teníamos desde esta atalaya natural.
Bajamos por una zona que nos comentó para poder asomarnos al precipicio de la vertiente sur, que con su caída vertical de más de doscientos metros, es digno de ver.
De ahí atrochamos para enlazar con el camino y nos pusimos de regreso, no sin antes hacer una paradita en la playa para remojar los huesos. La verdad es que Castellón sorprende, con su Sierra llena de masías, los pueblos de calles estrechas y kilómetros y kilómetros de monte...y a tiro de piedra...el Mediterráneo.
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